Crêpes y Patatas "Azadas"

Jamás imaginé que iba a decir lo siguiente algún día, pero he de reconocer que me he vuelto algo (según opiniones bastante) introvertida. Véase que en mi primera fiesta Erasmus me tomaron por francesa, a mí. Sin comentarios.

Pero ley de vida, la tierra tira, y después de una hora oyendo chufla-inglés de un francés, gracias a mi amigo portugués nos movimos hacia la "Spanish Area" del local. Y yo más cortada que el jamón de york.

Por fortuna sigue existiendo gente que se empeña en hacerte reir y con la que compartir inquietudes. Resultado: Domingo "Die Pinakothek der Moderne" con Pedro (portugués aeronáutico, que estuvo en el mismo albergue que los interraileros en Sarajevo); primera vez enfrente de Kandinsky con la petrificación correspondiente. Café y más de cuatro horas de paseo por la ciudad.

Ayer por cierto, perdí la poca fe que me quedaba en mi capacidad de "ingenio", después de cinco años de carrera e incapaz de abrir la puerta de la lavadora. Doble recompensa: conseguí abrirla con Enrique (catalán teleco estudiando en Lyon) que, además de prometer venir a darle uso a la gofrera de mi casero, hizo unos crêpes increibles para cenar (jamón serrano y camembert incluidos).

Lo de hoy ha empezado con la misma tónica que seguiría el resto del día: "Van un portugués, un catalán y una española a un banco alemán....". Acabando por las clases de español a Pedro durante el monólogo de Frau Brill (que ya desiste y se une a las risas) diciendo "¡patata aZada!".

Si alguien a estas alturas aún alberga duda, acabé rojísima llorando de risa.