domingo, 14 de diciembre de 2008

Cuenta atrás

Ya contando los días para volver a Madrid, a mi gente, a mi coche y aire villalbino. Esta última semana aquí se pronostica como cuesta muy empinada, porque a las ganas de veros se suma la actividad pre-vuelo, y la envidia a todos los que marchan a partir ya de este Miércoles.

Después de dos semanas de intensivo en el campus de Garching (fuere o no con el tutor), el viernes ya dejé creados como 3Gb de datos en el ordenador. La redacción promete. Así es que esta semana tocará intensivo de biblio para recuperar todo lo colgado, véanse alemán y exámendefebreroinnombrable. Pero ahora sí puedo quedarme en el centro, es decir cerquita de casa y con posibilidad de bici en vez de metro, y con los amigos que estudian allí.

El finde ha compensado con cena en casa el viernes: pollo con manzana y puré de patatas a mi cargo, tarta de zanahoria al de Marta, bizcocho de chocolate al de Valentina, y por supuesto vino y cerveza. Perdonamos de cocinar a Pedro, que se vino a la compra e hizo de chico de los recados, a Victor porque entrega el Martes el proyecto (¡qué envidia! mira que como me quede sin este compañero de piso tan majísimo...), y Robin porque trajo vino, pero no cualquiera...¡¡RIOJA!! Todo seguido de batalla de nieve, para bajar la comida, y subirme el ánimo después de mi toma de contacto con circunstancias madrileñas. La guinda fue además descubrir un garito de jazz chulísimo y sin codazos (que aquí se las gastan rudo cuando quieren pasar aunque no quepa un alfiler). También ha habido tiempo para pasarse por el mercadillo navideño, con cosas chulísimas pero a precios de escándalo en general.

Para los no iniciados, los Domingos es el "día mari" oficial: lavadoras y secadoras, aspirar la tierra que se reproduce en mi habitación, cocinar,... y porqué no decirlo, para vaguear, ver peli, etc; ya moriré si eso mañana del estrés.

Próximas noticias desde tierras españolas...

viernes, 5 de diciembre de 2008

La Cuarta Edad

Esta idea lleva una temporada dándome vueltas en la cabeza, y es que después de esta intromisión en tierras bávaras, y pese a lo poco sumergida que estoy aún en su sociedad, mi función como observadora imparcial ha quedado altamente impresionada con la gente mayor. Abuelillos, viejetes, ancianos, cualquier definición se queda aquí corta, porque efectivamente en vez de "tercera" aquí tienen una "cuarta" edad:
Bicicleta arriba y abajo todo el día, adelantamientos a Marta incluidos; mi camino y horario afortunadamente no coinciden y se mantiene mi autoestima.
Ir a la compra... prometo que ví a una señora más mayor que mi abuela con dos muletas subiendo al tranvía con 5 bolsas tan pancha; también hay versión con joroba de 70cm, bastones...
En el metro, a las once de la noche, con atuendo serio, jugando a matar marcianitos con las naves 2D. También con sus gorros de fieltro verde y pluma tan típicos, que yo pensé solo salían en pelis y postales, llevando a cuanto nieto coja entre las manos...
Incluso tienen la versión de residencia estudiantil, pero para ellos. ¿Cuáles serán las diferencias? Pues también tienen un campo enorme para deportes (según distingo desde el metro a la uni), y cerveza beben igual o más que nosotros, así es que no me atrevo a aventurar aunque estoy intrigada :¿x-box también en las salas compartidas?

Tanta actividad sorprende e incluso llega a asustar. Vale que nadie quiera verse incapacitado, ni sentirse un trasto inútil, ¿pero tanto miedo tienen a un descanso? ¿no sienten que han hecho para merecerlo? En fin, comparando con lo conocido volvemos al común "ni tanto ni tan calvo". A mi me gustaría poder encontrar un punto medio llegados al caso.

lunes, 1 de diciembre de 2008

De vuelta

Ya estoy de vuelta: de vuelta a los hábitos bloggeros, pensando en la vuelta al hogar dulce hogar madrileño en menos tres semanas, y de vuelta y vuelta con el proyecto y con las "erasmus-party". Sin buscar interpretaciones gores, vayamos por partes.

Primero, que como bien dice Laura en su blog, ya me he demostrado a mí misma que puedo sobrevivir solita, en cuanto a necesidades de techo y alimento se refiere. También tengo claro lo que antes solo era una suposición: prefiero vivir en Madrid, en todo lo que de mí dependa. Y podría sonar raro ya que se supone estoy de "orgasmus" como dicen mucho, pero otros tantos ya lo han vivido y me entienden: no hay cliché que valga cuando sabes donde está toda tu gente querida, cuya compañía aprecias y valoras, aunque la conversación sea sobre calcetines y el café sea en el sótano que hay por cafetería en la escuela. Sí, os echo mucho de menos, es algo que todos sabíamos iba a pasar. También, la verdad sea dicha, creo que ésta es la ciudad más bonita que he visto en Navidad, y los bávaros nada tienen que ver con esa imagen de nórdicos fríos sino más bien al contrario, simpáticos y ruidosos como los que más.

Respecto a la experiencia en mi piso compartido, no me puedo quejar de nada. Además de la preciosa, amplia y cómoda habitación que me cayó en suerte (conste que sigue siendo la más pequeña de las tres), mis compañeros son muy "convivibles", y explico el térmico: nunca coincidimos para usar ni baño ni cocina, y si lo hacemos en esta última, es para compartir cenas/comidas de lo más animadas. Me he sentido respaldada por ambos a pesar de lo poquísimo que coincidimos (con Victor casi más en la universidad). Y he de decir también en su honor que son bastante pulcros y organizados. Incluyendo el Santa de chocolate de regalo pre-navideño: "Fetén", como diría cierto profesor de dibujo.

En cuanto al proyecto, como ya me he desahogado con muchos, mis expectativas han ido un poco a dar a la cuneta. Hoy no es el mejor día tampoco para escribir sobre ello. Dejémoslo en una descoordinación total, lo cual me deja a mí a expensas de lo que decidan cada día (véanse viajes hasta el campus para no hacer nada después de haber hecho el plan de horarios con ellos días antes, como hoy, así es que sin puente esta semana). Por no sumar el tema de la impuntualidad sin disculpas.

Sobre las fiestas erasmus, qué decir que no sepais la mayoría. Cerveza barata y exaltación de la amistad, lo cual no cubre apenas mis exigencias. Aunque por fortuna mi pequeño círculo incluye a gente con ganas de vivir un poco más. Lástima que el tiempo no dé para mucho y las ideas de viajes se vayan reduciendo mientras se acercan la realidad de las entregas y lo exámenes.